19 Feb Una capacitación motivadora
Partimos de nuestra experiencia de aprendizaje como adultos: Cuando nos esforzamos por aprender algo es porque tenemos un motivo (no el mismo motivo de nuestro profesor o el de nuestros compañeros) y cuando realmente queremos saber algo no necesitamos del incentivo de otras personas, a veces hasta nadamos contracorriente y disponemos de la voluntad necesaria para aprender y lo hacemos.
Entendemos la motivación como un estado personal y dinámico que lleva a la persona a escoger una actividad, comprometerse con ella y desarrollarla.
De acuerdo a Hull, inicialmente existe una necesidad o carencia que crea un desequilibrio en el sujeto, lo que provoca un impulso hacia el bien cuyo logro reduce la necesidad y restablece el equilibrio.
Maslow plantea que no solo nos mueven necesidades físicas y de seguridad, sino también, y sobre todo a los adultos, necesidades de pertenencia, reconocimiento y autorrealización.
La perspectiva cognoscitivista añade que el sujeto tiene la capacidad para prever lo que puede ocurrir en el futuro, lo que genera un nuevo desequilibrio entre lo que es, y lo que puede estar anticipando. Esta sería otra forma de motivación intrínseca.
Ausubel nos recuerda que las personas buscan activamente atribuir significados. Por tanto, en la motivación influyen las creencias e interpretaciones personales. No olvidemos el aporte del aprendizaje social, que plantea que la motivación para alcanzar una meta es producto de las expectativas de éxito y del valor atribuido a la meta.
SI LA MOTIVACIÓN ES UN PROCESO PERSONAL ¿PORQUÉ DEBO DISEÑARLA?
En efecto, la motivación no depende exclusivamente de los estímulos que presente el capacitador sino que es un proceso personal que depende del participante. Por lo mismo que reconocemos la naturaleza subjetiva de la motivación es que asumimos nuestro desafío de generar un clima que despierte el interés, dirija y sostenga el esfuerzo y lo oriente hacia el objetivo de aprendizaje.
PAUTAS PARA UNA CAPACITACIÓN MOTIVADORA:
- Despertar la atención y conectar con saberes previos: Audiovisuales, dinámicas, fotos, noticias, etc. es decir cualquier recurso vinculado con el objetivo sirve, pero es fundamental manejar el debriefing que conduzca a los participantes a descubrir la importancia de lo que se va a aprender y cómo se vincula con alguna necesidad personal.
- Crear un espacio para analizar expectativas personales: Que provoque la automotivación, y lleve a los participantes a asumir su responsabilidad en el proceso de aprendizaje.
- Trasmitir un orden y estructura: Desde la presentación de objetivos y temario, brindar organizadores conceptuales que faciliten comprensión y por tanto sentido de competencia (“veo que está claro, hay orden, preparación, yo puedo aprender”).
- Vinculación con objetivos de largo plazo: La reflexión en torno a cómo ese nuevo aprendizaje contribuye a algo más grande (desarrollo personal o profesional, nuevos roles, nuevas oportunidades, etc.)
- Escuchar: La escucha es indicador de reconocimiento y permite el refuerzo, la escucha promueve el vínculo y escuchando podemos conocer y valorar las verdaderas motivaciones de los participantes.
- Mantener el interés por medio de técnicas variadas: Reducir los periodos de explicación verbal y alternarlas con actividades diversas que estimulen todos los estilos de aprendizaje.
- Diseñar experiencias: Actividades que permitan la aplicación de los contenidos a la propia vida. Esto requerirá nuestro manejo del diálogo.
- Usar técnicas colaborativas: Estimular la participación de todos a través de diálogos en parejas, en tríos, en equipos de cuatro, debates, etc. De vez en cuando fomentar la competencia.
- Fomentar un clima positivo y seguro: Que cada uno se sienta y se vea competente. Una equilibrada dosis de buen humor, confianza y respeto.
Finalmente, no olvides motivarte a ti mismo, luego será más fácil contagiarlo.
2/12/2010 http://falupadilla.blogspot.pe/2010/12/una-capacitacion-motivadora.html
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